El quinto día de ruta extremeño-portuguesa fui a los pueblos de Feria, Olivenza, Elvas, el Ponte da Ajuda y vuelta a Zafra.
Me fui sola porque mi amigo ya trabajaba pero me había dado muchas recomendaciones para la ruta.
La primera parada fue en Feria. Aparqué en una calle y me subí caminando a lo alto del pueblo, en el camino fui descubriendo calles muy bonitas, tranquilas, con las personas del pueblo haciendo sus quehaceres, lo mismo una señora limpiaba su portal que unas casas más adelante un hombre mayor arreglaba unos zapatos.
Subí a lo alto del pueblo y me dispuse a visitar el Castillo de Feria. Os recomiendo que antes de ir veáis si está abierto y hay visitas disponibles. Yo fui un día que estaba cerrado, no me importó, volvería a subir igualmente. Las vistas desde el exterior también merecen mucho la pena, además, llevaba un montón de días entrando a muchos museos y edificios históricos y me apetecía más pasear por esa montañita.
Después de estar un rato por los alrededores del castillo dando vueltas y haciendo el tonto, decidí ir al coche y poner rumbo a mi siguiente destino.
Cuando llegué a Olivenza me sorprendió mucho lo bonito que era todo, es un pueblo con una influencia portuguesa evidente, muy limpio y cuidado.
Estuve paseando un poco por sus calles acercándome al restaurante en el que iba a comer por recomendación de mi amigo. Casa Maila. Cuando llegué y vi que era buena hora, gracias ayuno y flexibilidad metabólica, entré a pedir mesa. Como era hora guiri solamente había un hombre comiendo en una mesa.
Me comentaron lo que había de menú del día y estuve viendo la carta. Finalmente me decanté por el menú. Me gustó todo muchísimo y de precio superbién. Me costó 10 € el menú, más 1,20 del café con leche que me tomé también. Sin duda es muy recomendable Casa Maila para comer.
Después de comer seguí paseando por sus desiertas calles, a las 15 de la tarde en pleno julio, esta vez con más profundidad. La zona de la Iglesia es muy bonita y hay mil callecitas por las que entrar y perderte. Muy recomendable pasar por Olivenza. Me recomendaron también que no me fuera de allí sin pasar por Pastelería Fuentes a comprar Tecula Mecula, pero cuando fui estaba cerrada pese a que en el cartel de la puerta ponía horario ininterrumpido.
Como no podía esperar más porque aún tenía visitas por hacer, puse rumbo a mi siguiente destino en Portugal.
El camino fue bonito, nacional, con paisajes bonitos y chulo para un buen amante de la carretera.
Al llegar a Elvas me sorprendió que aparqué con facilidad. Me moví por el centro paseando por sus calles. Vi una tiendecita a la que entré a comprar un detallito para mi abuela y me parecieron un par de señores muy entrañables. Joseph y su mujer (no me dijo su nombre). Su tiendecita tenía multitud de platos muy bonitos, toallas y muchas más cosas artesanales muy bonitas.
Tras recorrerme todas sus calles, bajé hasta el acueducto, es una zona bonita. También subí al castillo y las vistas son dignas de ver. Al cabo de un rato más de paseo decidí montarme en el coche para volver.
A la vuelta hice parada en Ponte Da Ajuda. Se trata de un puente en ruinas que fue construido en 1520 y que en 1709 fue dinamitado por el ejército español en la Guerra de Sucesión Española.
Al llegar a casa fui con Álex a comprar un bocata de jamón ibérico de bellota que nos comimos en casa junto al gazpacho que nos quedaba. Buena combinación, con buenas vistas y mejor compañía.

De ahí a dormir y a descansar para el siguiente día de ruta.
Al día siguiente estuve en la playa, en Extremadura, sí, jeje. Si quieres saber más sobre ese día puedes pinchar en este enlace «sexto día de ruta extremeña».
Si quieres saber más sobre mí, puedes leer este post también que tengo en la web «sobre mí«.
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